«¿Cual es tu mejor excusa?», por M. Romasco.

Si realmente quieres hacer algo, encontrarás la manera, sino encontrarás excusas “, Jim Rohn.
Cuántas veces dejaste de hacer algo poniendo una justificación?
Cuántas veces rompiste una rutina sacando tu mejor excusa?
Todos tenemos cierta costumbre de justificar algunas acciones para no sentirnos incómodos y poner una excusa original que nos hace sentir mejor.
Es una forma de no sincerarnos con los demás o nosotros mismos, no reconocer nuestras necesidades y tener que optar por una mentira para ser capaces de expresarnos.
Nuestro cerebro genera con facilidad las justificaciones y hasta llegamos a creer en su veracidad. La excusa es un síntoma de incoherencia entre lo que pensamos, sentimos y expresamos y y se sustenta por la creencia de que no tenemos derecho a decir lo que realmente sentimos.
Este autoengaño sólo se puede cambiar pasando a la acción. La incomodidad de los cambios nos resulta difícil y en ocasiones no podemos mantenerlo en el tiempo.
El cerebro, que garantiza nuestra supervivencia, prefiere no empezar una nueva acción porque recuerda que es probable dejarla incompleta y así nos ahorra, el dolor que implica abandonar un nuevo hábito o conducta.
Lo mismo ocurre a la inversa, al completar una tarea con éxito, el cerebro guarda la información como positiva y es lo que luego usará para impulsar a la acción, solo basta con ir a buscar los recursos que ya tenemos de cambios anteriores.
El alivio de la excusa es temporal y en nuestro interior sabemos la verdad.
Por qué nos justificamos?
✅Queremos gratificaciones instantáneas:
•descansar es más cómodo que hacer ejercicio
•mirar una película es más relajado que iniciar un proyecto
•mentir para no hacer algo me libera de dar explicaciones
✅Tenemos miedo a algo:
•miedo a decirlo que sentimos y que caiga mal
•miedo a fracasar
•miedo a lo nuevo y desconocido
✅Posponer algo es fácil:
•no hay consecuencias inmediatas
•sigo en mi zona de confort
•no hay que sincerarse con los demás
✅Creer que la recompensa es inalcanzable:
•para que haya recompensa tiene que haber constancia
•tengo que hacerme cargo de mis decisiones
•no me siento capaz
La lista sería interminable, aprender a reconocer nuestras excusas es la tarea que nos permitirá no darles lugar, no creer en su veracidad y decidir lo que es mejor para nosotros en cada momento de la vida.

Estar en sintonía con lo que realmente queremos, cómo lo queremos y de qué forma y poder expresarlos nos libera de la incoherencia y nos abre la puerta a una libertad emocional capaz de todo.
EJERCICIO
1-Antes de creer en tu pensamiento preguntate: en verdad es así?
2-Reconocé la justificación e ignorala
3-Hacé un trato con vos mismo y tomá acción
La incomodidad es pasajera, incorporar hábitos y conductas nos hace la vida más gratificante.
Cuál es tu mejor y más creativa excusa?

Bibliografía: Enric Corbera Institute
Tania Sanz

Mariana Romasco
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Redacción RN

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