«FABULA «LA RANA Y EL AGUA HIRVIENDO», por Tukito de Pehuen

Se trata ésta de una conocidísima fábula para mostrar nuestra dificultad de adaptación a los cambios incrementales; aquellos que no son súbitos. Incluso se dice muchas veces que está basada en probados experimentos.

Si echamos una rana en una olla con agua hirviendo (a veces dicen agua muy caliente), esta salta inmediatamente hacia fuera y consigue escapar. En cambio si ponemos una olla con agua fría (a veces dicen temperatura ambiente) y echamos una rana ésta se queda muy tranquila. Y si a continuación empezamos a calentar el agua poco a poco, la rana no reacciona sino que se va acomodando a la temperatura hasta que pierde el sentido y, finalmente, muere achicharrada.

La fábula está bien para transmitir un par de enseñanzas. Primero, nuestra capacidad para observar una situación problemática gana mucho si somos capaces de tomar distancia y observarla “desde fuera”. Y segundo, existen procesos lentos y graduales que amenazan nuestra supervivencia (satisfacción, felicidad…) y que no somos capaces de identificar a tiempo.

Ahora bien, la fábula no deja de ser eso, pura ficción, que no deja en muy buen lugar a las ranas, y que se le debió ocurrir a algún consultor experto en cambio, a quien seguramente le sirvió para sensibilizar a algunos de sus clientes y que se ha propagado a la velocidad de la luz. ¿Por qué ha sido así? Pues porque en el fondo la fábula es una fantástica metáfora, sencilla y gráfica, de algo que realmente nos ocurre a los seres humanos, tanto como individuos como en equipos y organizaciones: tendemos a acomodarnos en lo conocido, en la zona cómoda o de confort, y llegamos a negar incluso que permanecer ahí limita nuestras posibilidades, nuestra felicidad o realización o incluso nuestra supervivencia. Y digo más, ello se produce tanto ante cambios incrementales del entorno o nuestras condiciones, como también en el caso de cambios súbitos.

En nuestra propia realidad, lo podemos ver, cómo poco a poco, vamos perdiendo garantías constitucionales, derechos adquiridos, beneficios sociales, etc. los que se van dando tan lentamente que no solamente no nos damos cuenta, sino que vamos aceptando de buen grado sin reconocer que detrás de ésto está el deterioro de nuestras propias vidas y la de nuestros descendientes.

Otra más para que pienses…

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Redacción RN

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