«DE MITRE A MACRI, LAS INTERVENCIONES POLÍTICAS DE LA OLIGARQUÍA», por Tukito de Pehuen

Como siempre, ejercitemos la memoria y los conocimientos de historia.

Un poco, esta idea surge de pensar en aquella noticia de la intervención del partido justicialista por parte de la justicia y la colocación de Luis Barrionuevo como su interventor.

La primera lectura a observar es que las cuatro intervenciones que tuvo el Partido Justicialista en la historia de la Argentina, tres se dieron bajo golpes de estado. El primero con Aramburu, con la famosa “revolución libertadora”. El segundo con Onganía en la llamada “revolución argentina” y el tercero en el proceso con Videla en el llamado “Proceso de Reorganización Nacional”. Y ahora, esta cuarta, bajo el gobierno democrático de Macri.

Ahora y tratando de analizar algunas raíces en la historia, encontramos una relación entre el “Mitrismo” y el “Macrismo”. Lo que transcurrió en el siglo XIX en la Argentina, luego de la batalla de Pavón. Mitre pasa a ser el presidente de los argentinos y a partir de esa posición, comienza a utilizar parte del ejército dirigido por comandantes uruguayos, pro imperio brasilero, para intervenir en todas las provincias. ¿¿Esto qué implicaba?? Implicaba aquello que Mitre le dijo a Sarmiento en la represión contra el Chacho Peñaloza, “hagan la guerra de policía”. Este concepto implica que el otro, el que está enfrente en la guerra es un “malhechor”, no tiene ideas, no tiene conceptos, tiene proyectos de países distintos que los míos, solo son “malvivientes”, “ladrones”, que atentan contra la paz interna. Utilizando el ejército, utilizando la plata de la aduana de Buenos Aires, la cual tributaba todo lo que se exportaba y todo lo que se importaba, Mitre hizo un ejército que utilizó para reprimir e intervenir en todas las provincias argentinas poniendo gobernadores de su tono. Primero golpeaba a los gobernadores y luego los reemplazaba por personajes afines y leales en ese puesto y que recibían las órdenes directamente de él. Este período entre 1862 y 1874 en las que se desarrollaron las presidencias de Mitre y Sarmiento, y después del cual asume Nicolás Avellaneda, es el período más sangriento de la historia argentina. Se produjeron muchas más muertes que en la campaña del desierto. El aniquilamiento que implicó esta guerra de policías fue terrible para la Argentina. Si se calculara, transpolando la población que había en ese momento con la población que había en 1976 durante el Golpe de Estado, la Dictadura hubiera hecho desaparecer 1.000.000 de personas, comparando una época con la otra y para entender el dramatismo de la situación, ¿se entiende? También hay que considerar que esta guerra de policía al interior, fue una guerra desigual. Fue una guerra de los Remington contra los pueblos del interior que sobrevivían y estaban armados como podían y al mando de los famosos Caudillos Federales que enfrentaban la Montonera contra el ejército regular.

Lo importante que habría que tomar en cuenta es esta estrategia de los sectores de Buenos Aires, de la oligarquía porteña y en especial de los comerciantes existentes, que de alguna manera implicaba el anteponer sus beneficios por sobre la de los otros. Es interesante pensar la técnica del Mitrismo, para compararlo con la intervención realizada en el Partido Justicialista. La estrategia del Mitrismo hace que el adversario político se transforme en un delincuente sin pensamientos y que solamente intenta alterar el orden.

Cualquier similitud con las estrategias que usa el Pro-Macrismo, no es pura casualidad. Lo primero que dice el Pro del Peronismo es que son corruptos. Que la Argentina está como está en toda su historia en los últimos 70 años, es debido a que durante muchos de esos años el peronismo lo estuvo gobernando (palabras de Peña en declaraciones por lo del FMI el 16-05-2018), olvidándose que en la mayoría de esos años, hubo “Golpes de Estado” y que esos golpes de estado fueron los que generaron las condiciones económicas adversas con las que se encontraron los gobiernos democráticos y de los cuales no debemos olvidar los beneficios obtenidos por la oligarquía. La acusación siempre es de corrupción pero cuando necesitan subir votos como Mauricio Macri, toman la bandera del peronismo haciendo declaraciones hasta ese momento consideradas populistas. Como aquellas de: “… se eliminará el impuesto a las ganancias. Aerolíneas Argentinas seguirá siendo estatal. Las AFJP no van a volver o inauguran la estatua de Perón intentando cantar La Marcha Peronista”.

Es muy interesante la carta que le envía Bartolomé Mitre a José Hernández, con respecto al planteo que éste hace en el Martín Fierro al criticar la situación social planteada en la época: “… Mejor es reconciliar los antagonismos por el amor y por la necesidad de vivir juntos y unidos, entre los sectores sociales desprotegidos como el gaucho y los sectores de las clases altas de Bs As, que hacer fermentar los odios, que tienen su causa, más que en las intenciones de los hombres, en las imperfecciones de nuestro modo de ser social y político…” Situación que solo quedó en las palabras. Y luego le dice a José Hernández “… es un libro que genera una grieta entre los argentinos…”. ¿No te suena? Esto lo dice porque muestra la situación adversa por la que atraviesa el gaucho justamente en el período en que Mitre y Sarmiento son los presidentes.

Las similitudes con la intervención del Partido Justicialista (principal partido de la oposición), apunta justamente a eso. Muestra al gobierno erosionado e intenta evitar que se pueda generar la unión en ese sector y que vuelvan a surgir candidatos que puedan ir en contra del modelo que plantea el gobierno, a través de la Justicia, interviniendo el Justicialismo y colocando allí un “personaje” que le acompañó, acompaña y contribuyó a que el Pro gobierne en la Argentina. Esas mismas acciones se ven al sancionar a gremios con inmensas multas por no acatar conciliaciones, encarcelar Dirigentes o intentar proscribir a posibles candidatos.

La Historia le cuenta, al que quiera escuchar, que las acciones de las personas y los sectores de las clases acomodadas, son cíclicos y se repiten hasta el “Cansancio”, que en su gran mayoría es aportado por los sectores trabajadores y los de menores ingresos.

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Redacción RN

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