“Nuestros pensamientos crean nuestra realidad», por M. Romasco.

Nuestro estado, cómo nos sentimos, está íntimamente ligado con nuestro diálogo interno. Este diálogo nos acompaña en todo momento y nos permite clasificar los eventos diarios en positivos y negativos, resolver conflictos desde la fortaleza o la debilidad, estar motivados o ser vulnerables.
La calidad de autodiálogo en momentos de estrés, marcará, no solo cómo lo gestionemos,sino también, cómo lo vivamos de forma que no afecte nuestra salud mental y física.
Lo que necesitamos en momentos difíciles es evitar, el pesimismo y la autotortura.
Todos atravesamos problemas, pérdidas, desilusiones, obstáculos, decepciones, etc…
y debemos transitar las emociones que los acompañan, eso es sano y está bien, lo que no nos contribuye es autocastigarnos, juzgar, instalarnos en el dolor y que se transforme en un estado permanente.
El rumbo de nuestra vida, estará marcado por la manera en la que gestionemos los problemas. No se trata de ser positivos todo el tiempo sino de no ser negativos en los momentos difíciles.
Lo que sustenta nuestro diálogo interno son nuestras creencias. Debemos reconocerlas para realizar una autocrítica, sin juicio, para quedarnos con lo bueno y dejar ir lo que nos limita.
Observar: Qué pienso de mí mismo?
Ejemplo: “No hago nada bien”, “No sirvo para esto”, “No me puede pasar esto a mí “, etc…
Estas creencias generan angustia y culpa.
Qué pienso de los demás?
Ejemplo: “Quién se cree que es”, “Son unos irresponsables “, “Todos mienten “, etc….
Estas creencias son sentencias dirigidas a otros que generan enojo crónico.
Qué pienso del mundo y la realidad?
Ejemplo: “Qué injusta es la vida”, “Qué país sin remedio “, “Qué mala suerte tengo”, etc….
Estas creencias son demandas respecto de las circunstancias y generan depresión.
En los tres casos se inventa una expectativa de cómo deben ser las cosas y cuando esto no ocurre, viene la frustración.
Al liberarnos de las expectativas, podremos cambiar la creencia que la sustenta.
Generar una nueva perspectiva, ver las dificultades como pasajeras pensando en su posible solución, entender que algo que parece negativo, podría ser peor y sin embargo, no lo es.
Desdramatizar las circunstancias resulta energizante y positivo.
La actitud de agradecimiento es el principio del bienestar emocional.
Al no revisar nuestro diálogo interno, podemos estar convirtiendo pequeñas dificultades en catástrofes y no ver situaciones hermosas que pasan desapercibidas.
Dar un paso al costado y observar cómo estamos percibiendo la realidad.Quejarnos por pequeñeces, enojarnos siempre por lo mismo, juzgar a los demás, no vale la pena.
Agradecer nos enriquece, nos calma y nos permite encontrar recursos y soluciones.
Empecemos a escucharnos para tener una mejor calidad de vida.
Eres el creador de tu vida, no el administrador de las circunstancias

Bibliografía: Lucas J.J.Malaisi “Modo creativo”
Anthony Robbins UPW

Mariana Romasco
Acompañante en Bioneuroemoción ®️
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Redacción RN

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