«Las creencias, Poder y debilidad», por M. Romasco.
Mucho se habla de las creencias que dominan nuestra vida, esas pautas aprendidas que pueden favorecernos o condicionarnos al punto de no dejarnos avanzar hacia nuevos retos o hacia la vida que quisiéramos tener.
Las creencias, se instalan en nuestra infancia, así como nos criaron, somos y a lo largo de la vida, lo vamos repitiendo.
Estos conceptos grabados desde niños tienen que ver con: la cultura, la crianza, las costumbres, las frases que nos decían, etc…, imitar estos aprendizajes nos permitió pertenecer a un clan familiar, un círculo social y el mundo que nos rodea.
Estas grandes fórmulas de vida, pueden haber sido muy empoderadoras o muy limitantes.
Si un niño creció escuchando: no podés, nos es para vos, ni lo sueñes, etc…, hoy tendremos un adulto que entiende qué hay posibilidades que no le pertenecen, no las merece y no sabe cómo acceder a ellas.
Por el contrario, un niño que creció escuchando: vos podés, vos valés, lograrás todo lo que te propongas, etc…, es hoy un adulto que habrá desarrollado un empoderamiento personal que le permite enfrentar su vida y cumplir sus metas.
Es bueno saber que las metas y los desafíos se crean en nuestra mente consciente y es nuestra mente inconsciente la que lo ejecuta y lo hace realidad, entonces si en este mismo inconsciente, lo quedó grabado fué una limitación, jamás se logrará el objetivo deseado a menos que reconzcamos la creencia que lo sustenta para poder cambiarla y trascenderla, usándola así a nuestro favor.
Así como nos criaron y trataron, es como nos tratamos a nosotros mismos y como permitiremos que el mundo que nos rodea, nos trate.
Si en algún aspecto de tú vida, te sentís limitado, bloqueado o sin herramientas para afrontarlo, hay una creencia que lo condiciona detrás.Esto lo podés cambiar y usar a tu favor.
La decisión, es personal.
Mariana Romasco
Acompañante en Bioneuroemoción
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