«Aprender de las emociones», por M. Romasco
Mucho se habla de las emociones y se las cataloga en rangos como: positivas y negativas.
A partir de esta valoración juzgamos nuestros estados en : buenos, malos, deprimentes, frustrantes, etc….
Recordemos que son nuestros sentidos los que nos conectan con el mundo y que a través de ellos percibimos las circunstancias de acuerdo a la manera en que hemos aprendido a lo largo de la vida. El gran error es creer que no podemos cambiar esa percepción y no tenemos control sobre ello.
El afán por evitar ciertas emociones lleva a algunas personas a entregarse a diferentes hábitos nocivos, adicciones y depresiones entendiendo que tapar la emoción nos libera de sufrimientos propios o de otros.
Hay formas de tratar la emoción ya incorporadas en nosotros, veamos en qué grupo nos identificamos más:
1-Evitación: evitar las emociones dolorosas, temer sentir emociones por miedo al sufrimiento y no permitir que estas nos contribuyan en crecimiento.
2-Denegación: tratar de disociarse de los propios sentimientos negándolos. No demostrar nada y que la procesión vaya por dentro antes de enfrentar la realidad evitando el aprendizaje y forzando a dicha emoción a reproducirse con mayor intensidad cada vez.
3-Competición: decidir soportar e intensificar la emoción, en lugar de aprender el mensaje de esta , hacerla peor de lo que realmente es. Sentir que a mayor emoción, mayor valor y sufrimiento por encima del de cualquier otro. Se convierte en parte de la identidad y se llega a sentir orgullo por lo sufrido que se es.
4-Aprender y utilizar: hacer que las emociones trabajen para nuestro beneficio, no escapar de ellas y no dejar tampoco que rijan nuestra vida. Emociones que parecen dolorosas suelen ser una brújula interna que señala las acciones a tomar para alcanzar objetivos.
Es tiempo de comprender que las emociones sirven y utilizarlas para crear los resultados que queremos. Las emociones que consideramos negativas, no son más que un llamado a la acción. Si las aprendemos a gestionar son las grandes guías hacia la vida que esperamos tener.
Si nos limitamos a reaccionar antes nuestras emociones evitándolas, nos perderíamos el valioso mensaje que estas nos ofrecen.
Las emociones que estamos experimentando en este momento son un regalo, una guía, un sistema de apoyo, una llamada a la acción.
Suprimir estas emociones o tratar de eliminarlas de nuestra vida o magnificarlas y permitir que nos controlen, es perder uno de los recursos más preciosos de la vida.
Recordemos siempre:
Somos lo que decidimos hacer con lo que nos pasa.
Bibliografía: Tony Robbins “Controle su destino “
Mariana Romasco
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Acompañante en Bioneuroemoción