«EL GRAN COMODÍN», por Daniel Ferraro.
Todos sabemos que las noticias se constituyen en estos días en verdaderas formas de direccionalidad de pensamientos y acciones de quienes las consumen. Por ello, algunos medios defienden sus intereses a ultranza, y estos resultan ser los mismos que defienden quienes detentan el poder por estos días. Así, cada vez que la agenda mediática intenta virar… pum! Sacan el As de la manga y aquellos pensamientos “amenazados” por la realidad, vuelven a su cauce normal.
Todo transcurría con tranquilidad, a pesar de la profunda crisis económica en la que nos encontramos. La “agenda setting” marcaba como todos los días, la suba o baja del dólar, el impacto de la inflación en el bolsillo de la gente, si Uber “si o no”, la posible candidatura de CFK para 2019, entre otros. Pero la realidad no es tan fácil de manipular. La manifestación por el pedido de justicia por el crimen de Santiago Maldonado, el posterior ataque – que recuerda a prácticas de los peores años de la república- al ND Ateneo donde se iba a proyectar la película sobre el caso Maldonado y la trágica explosión en la escuela de Moreno que costó la vida de dos trabajadores de la educación, fue demasiado. Allí el poder de turno empleó su comodín y salió a la luz el caso del chofer con sus cuadernitos. Ahora todos hablan de los bolsos de López, de De Vido, de Cristina Fernández… y lo anterior ya no preocupa ni ocupa más. Es lamentable, pero también es muy evidente. Tan evidente como que no les quedan muchos comodines más, y este fue su gran comodín.