«LEY “JUSTINA”: ¡ERA HORA!» , por Daniel Ferraro.
Desde que existe la posibilidad de que una persona salve la vida de otra con parte de su cuerpo, existen los miedos del tipo: “ser desconectado antes de tiempo por médicos inescrupulosos y el INCUCAI”. Ese tipo de versión irreal y arcaica era la vertida por millones para no ser donante. Afortunadamente, a partir de ahora, aquellas excusas bárbaras dejaron de existir.
Justina Lo Cane tenía 12 años y esperaba un corazón, el cual nunca llegó. Eso hizo que su familia impulsara la “Ley Justina”: se trata de una modificación a la actual Ley de Trasplante de Órganos, en donde se estipula que todo aquel individuo mayor de 18 años es donante a no ser que haya manifestado lo contrario. Nadie está exento de padecer una afección que nos deposite directamente en un listado de emergencia. Esta gran iniciativa no sólo salvará miles de vidas, sino que aliviará el transitar de todas las familias hasta el momento de la operación, por medios, juzgados, iglesias, etc. Alguno se puso en los zapatos, por ejemplo, de Paola Montero?, mamá de Thiago Gentili –niño que espera un trasplante bipulmonar-, imagínense sólo un segundo en su lugar. Seguramente no lo soportarían. Por eso todos debemos agradecer a quienes lo hicieron posible, pero por sobre todo a Justina.